Inoperantes total
La
sorpresa nuestra de cada día es seguro que la recibes si en esta ciudad
vegetas. De ello se encargan los que, según el 1-2, colocamos como simples
servidores y actúan bajo el disfraz de
“autoridades”, con la máxima inoperancia
y la tranquilidad de que el pueblo lo aguanta todo. Además no tienen el debido
cuidado de no hablar mucho y se les ve el plumero y el pelo de la dehesa. Me encanta oírlos y más en estos tiempos en
que la risa es más necesaria que nunca. El primer viernes de los de agosto, creo
que sin connotación religiosa alguna, me acerco a usar el autobús urbano.
Nada cambiado en su entorno, nada te
avisan, los saludos habituales que son más prácticos para la vida que el cabreo
jaenero, me subo, paso, ya sin problemas, la tarjeta y me siento. Me asombra un
enorme cartel municipal de letra bíblica y en el que dicen que dice que, debido
a obras en calles, cambian las direcciones de los vehículos y entre ellos en el
que voy. Los usuarios protestan, critican pero a nuestro estilo jaenero. El conductor,
amablemente, me indica que en esta noche han roto aguas varías calles de la
ciudad, con que sean dos sobran y que las paradas y los destinos apenas tienen
que ver algo con los de ayer. Se ignora si se restablecerán cuando las
bauticen, hagan la primera comunión o se casen, ejemplos hay de este reírse del
pueblo por todos los costados y no señalo. Me dejan a la mitad del trayecto
contratado. Solicito la mitad del importe y se ríen. Pero esto, el desprecio al
ciudadano, con todo esto… es demasiado. El silencio del ciudadano… es
demasiado. Ah y esta vez, ¡La empresa no tiene nada que ver! ¡Enhorabuena! Alcalde o el que en su puesto esté, ¿Nos
damos un paseo por las paradas? Jaén, 3 Agosto 2012
Borja