https://chistemail.blogspot.com/

lunes, 17 de septiembre de 2012

Una Historia

 
 
 
Una mañana cuando nuestro nuevo profesor de "Introducción al Derecho"

entró en la clase lo primero que hizo fue preguntarle el nombre a un
alumno que estaba sentado en la primera fila:
- ¿Cómo te llamas?
Me llamo Juan, señor.
¡Vete de mi clase y no quiero que vuelvas nunca más! - gritó el
desagradable profesor. Juan estaba desconcertado. Cuando reaccionó
se levantó torpemente, recogió sus cosas y salió de la clase. Todos
estábamos asustados e indignados pero nadie habló.
Está bien. ¡Ahora sí! ¿Para qué sirven las leyes?... Seguíamos
asustados pero poco a poco comenzamos a responder a su pregunta: "Para
que haya un orden en nuestra sociedad" "¡No!" contestaba el profesor
"Para cumplirlas" "¡No!" "Para que la gente mala pague por sus
actos" "¡¡No!! ¿Pero es que nadie sabrá responder esta
pregunta?!"... "Para que haya justicia", dijo tímidamente una chica.
"¡Por fin! Eso es... para que haya justicia. Y ahora ¿para qué
sirve la justicia?"
Todos empezábamos a estar molestos por esa actitud tan grosera. Sin
embargo, seguíamos respondiendo: "Para salvaguardar los derechos
humanos" "Bien, ¿qué más?", decía el profesor. "Para discriminar lo
que está bien de lo que está mal"... Seguir... "Para premiar a quien
hace el bien."
Ok, no está mal pero... respondan a esta pregunta ¿actué
correctamente al expulsar de la clase a Juan?.... Todos nos quedamos
callados, nadie respondía. - Quiero una respuesta decidida y
unánime.
¡¡No!!- dijimos todos a la vez.
¿Podría decirse que cometí una injusticia?
¡Sí!
¿Por qué nadie hizo nada al respecto? ¿Para qué queremos leyes y
reglas si no disponemos de la valentía para llevarlas a la práctica?
Cada uno de ustedes tiene la obligación de actuar cuando presencia una
injusticia. Todos. ¡No vuelvan a quedarse callados nunca más! Vete
a buscar a Juan- dijo mirándome fijamente.
Cuando no defendemos nuestros derechos perdemos la dignidad y la
dignidad no se negocia

 Anonimo.