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domingo, 30 de septiembre de 2012

Enamorado


COMO ENAMORAR UNA MUJER

Cuentan que en el pico más alto del Tibet vive el hombre más sabio del mundo.
Cierta vez, un joven acudió con él para descubrir el camino al corazón de una mujer de la que se había enamorado.

Cuando encontró al sabio en la cumbre de la montaña, le preguntó:
'Dime Maestro de los maestros: ¿Cuál es el camino más corto, seguro y directo para llegar al corazón de una mujer?'.

El maestro le respondió: 'No hay camino seguro al corazón de una mujer, hijo mío; solo senderos al borde de precipicios y caminos sin mapas o brújulas, tapizados de peñascos, de arbustos espinosos y con serpientes ponzoñosas'.

Pero, entonces, Maestro: ¿qué debo hacer para conquistar el corazón de mi amada?

Recuerda amado Discípulo: Conserva en tu mente y en tu corazón las enseñanzas y los consejos que te daré... Síguelos fielmente y llegarás al corazón de la mujer que amas.

1. Lávate los dientes.
2. No te rasques los huevos frente a ella.
3. Regálale flores y muchos, pero muchos presentes.
4. Levanta la tapa del inodoro antes de orinar y recuerda bajarla después.
5. Lávate las manos cuando salga del baño.

6. No mastiques con la boca abierta.

7. No eructes jamás.

8. No seas pedorro.

9. No hables mal de la madre de ella, ámala como a tu propia madre.

10. No digas palabrotas.

11. Ríe siempre de los malos chistes de ella.

12. No le des celos, o si acaso, un poquito.

13. Deja que ella tenga celos de usted. Ella sí puede.

14. No críes barriga. Es más, nunca engordes. Ella sí puede (pero nunca se lo digas).

15. No te demores en el baño.

16. No dejes la toalla tirada.
17. No digas que ella no sabe conducir.

18. No llegues tarde a casa. Sál de trabajar y véte de inmediato para su casa.

19. No te entretengas con los amigos.

20. No sueñes con tener amigas.

21. Nunca mires ni hable de las tetas o de las nalgas de las amigas de ella.

22. No seas tacaño.. Usa cuando menos dos tarjetas débito y dos de crédito.

23. No mires a otras mujeres. Es más, entiende de una vez que no existen otras mujeres.

24. No hables de tu ex.

25. Díle 'Te amo', al menos 24 veces al día.

26. Aprende a cocinar.

27. Lave los platos y deje la cocina limpia.

28. Arregla la cama (siempre).

29. Llámala desde cualquier lugar.
30. Deja que ella compre ropa, zapatos, etc., siempre que ella quiera. Es más, ayúdala a caminar durante horas eligiendo lo que quiera comprar (y sonríe mientras camina).
31. Deja que ella converse durante horas por teléfono, y si puedes, págale la factura del celular.
32. No ronques.

33. Recuerda, a tí no te gusta el fútbol y odias las carreras de fórmula 1.

34. Aféitate todos los días para que no le raspe.

35. No pienses solamente en sexo, pero tampoco exageres; propónselo con frecuencia, aunque estés cansado.

36. Respeta cuando a ella le duela la cabeza, pero si ella te lo pide, complácela de inmediato. ¡Ah!, y no te vaya a quedar dormido inmediatamente después; debes mirarla a los ojos y acariciarla hasta que sea ella quien se quede plácidamente dormida.
37. Di en todo momento que ella es la mujer más bella que jamás has visto.

38. No discutas con ella y recuerda que ella siempre tiene la razón en todo.

39. Házle saber lo miserable que sería la vida si ella no esta contigo.

El Discípulo, agobiado, se vuelve para bajar de la montaña y el Maestro le dice:
'¡Espera, Hijo mío, vuelve acá!' todavía falta....

El Discípulo contesta:
'Nooo, Maestro........ ¡Ahora entiendo por qué hay tanto MARICÓN!!!

viernes, 21 de septiembre de 2012

No endurece


 
 

 

En esta singular época de cuentos, leyendas y mentiras, puedes alcanzar ratos y relatos asaz curiosos, que dan a luz detalles únicos de por sí pero conducidos a ridículos cuando los toman gentes no preparadas que los intentan utilizar. Reconozco la inteligencia de Aghata que goza cual inglesa en una playa y disfruta con las rarezas que en esta ciudad descubre. Ha logrado mutar todas las tesis que se habían levantado sobre una calle que dicen se ha estado reparando hace ya casi años. Nos miramos los dos, cuando alguien que manda dijo que en veinte días estaría en funcionamiento. Expuse mi duda si serían festivos o de parados. Se aclaró, en primer lugar que con esos datos serían veintisiete. Pasados, de nuevo se aclara que ya no se da fecha, que ya depende del calor que conjunte la calzada. Se le olvidó decir que también tendrían que eliminar el escalón de la entrada o salida de un lado de la calle, si es que ni tan siquiera pensaban en ponerla en no muy buen servicio. ¡Y salta Aghata! Pero Baroja, ¿de qué calle hablas? Le digo, riéndome que la de Álamos. Y me dice que así nos va en Jaén, que no hay manera. Que eso que llaman calle, de larga construcción y seguramente corta vida, es la calle de González Doncel, tesorero que fue del Papa, sobre 1468. Que no hubo problema alguno de endurecimiento de adoquines y el de dinero menos. Otra vez que se creían que se iban a reír de nosotros. ¡Pobrecillos! Hasta González Doncel se parte de risa y los álamos se secan. Pero duro no se pone nada. Pasen, pasen a verla y a disfrutarla.
Baroja                               
 

lunes, 17 de septiembre de 2012

Una Historia

 
 
 
Una mañana cuando nuestro nuevo profesor de "Introducción al Derecho"

entró en la clase lo primero que hizo fue preguntarle el nombre a un
alumno que estaba sentado en la primera fila:
- ¿Cómo te llamas?
Me llamo Juan, señor.
¡Vete de mi clase y no quiero que vuelvas nunca más! - gritó el
desagradable profesor. Juan estaba desconcertado. Cuando reaccionó
se levantó torpemente, recogió sus cosas y salió de la clase. Todos
estábamos asustados e indignados pero nadie habló.
Está bien. ¡Ahora sí! ¿Para qué sirven las leyes?... Seguíamos
asustados pero poco a poco comenzamos a responder a su pregunta: "Para
que haya un orden en nuestra sociedad" "¡No!" contestaba el profesor
"Para cumplirlas" "¡No!" "Para que la gente mala pague por sus
actos" "¡¡No!! ¿Pero es que nadie sabrá responder esta
pregunta?!"... "Para que haya justicia", dijo tímidamente una chica.
"¡Por fin! Eso es... para que haya justicia. Y ahora ¿para qué
sirve la justicia?"
Todos empezábamos a estar molestos por esa actitud tan grosera. Sin
embargo, seguíamos respondiendo: "Para salvaguardar los derechos
humanos" "Bien, ¿qué más?", decía el profesor. "Para discriminar lo
que está bien de lo que está mal"... Seguir... "Para premiar a quien
hace el bien."
Ok, no está mal pero... respondan a esta pregunta ¿actué
correctamente al expulsar de la clase a Juan?.... Todos nos quedamos
callados, nadie respondía. - Quiero una respuesta decidida y
unánime.
¡¡No!!- dijimos todos a la vez.
¿Podría decirse que cometí una injusticia?
¡Sí!
¿Por qué nadie hizo nada al respecto? ¿Para qué queremos leyes y
reglas si no disponemos de la valentía para llevarlas a la práctica?
Cada uno de ustedes tiene la obligación de actuar cuando presencia una
injusticia. Todos. ¡No vuelvan a quedarse callados nunca más! Vete
a buscar a Juan- dijo mirándome fijamente.
Cuando no defendemos nuestros derechos perdemos la dignidad y la
dignidad no se negocia

 Anonimo.


lunes, 10 de septiembre de 2012

MEJORAR, ES OBLIGATORIO


 
 
               Te lleva el paso de los años a escribir de cosas como “el año del hambre”, “auxilio social”, el “racionamiento”, etcétera, etcétera. La verdad es que aun cuando de aquella época y por las razones que fueron y que, como todo el pasado, son inamovibles no pensábamos volver a nada ni someramente parecido y nos están obligando con la más indigna intensidad y repugnante estilo, a contemplar y a sufrir no solo a repetirlo, si no a perfeccionar aquella maldad.
¿En qué sociedad vivimos? ¿Cómo íbamos a soñar que iban a ir familias enteras a los contenedores de basura a la búsqueda de alimentos? Yo los vi alejarlos de ciertas zonas con vergajos, hoy usan algo mucho peor. Hoy la misma basura la encierran con candados para que ni de ella se alimenten. ¿Y nos quedamos tan tranquilos? No, nada de eso, ahora escucho en las noticias que en un edificio de esos donde se reúnen a “hacer política”, están llevando a cabo unas obras magníficas para construir un comedor como se merecen a los que allí alimentaremos con nuestro dinero. A unos el candado y a otros el terciopelo y el jamón. Es taxativamente “limpiarse en la cortina”. Si se ponen enfermos, pues simplemente que se jodan, es su estilo. Si no quieren joderse, que paguen. Uno de estos que vive de la política, creo que gallego también, dice que los inmigrantes que se vayan a sus pueblos. ¡Qué lastima, qué vergüenza, qué asco! ¡Y pensar que hemos sido tan torpes que nos hemos dado medio cuenta de cómo son al cabo de los años! ¿Y esos de la “caridad” están de vacaciones?

BAROJA