“Sembrar la semilla del amor hacia los demás es su hábito”
Si tuviera que elegir un eslogan o un mensaje publicitario que llegara e impactara a los demás elegiría este.
“Sembrar la semilla del amor hacia los demás es su habito”
¿Qué monjas?
Son muchas las congregaciones u órdenes de monjas aprobados por la Iglesia , que están ligadas por unos compromisos solemnes, que se encuentran extendidas por todo el mundo.
Pero hoy, quiero escribir de una orden muy especial, por el trabajo diario encomendado. Son la continuidad de su fundadora Santa María Soledad Torres Acosta, me estoy refiriendo a la congregación de las Siervas de María, Ministras de los enfermos.
Mujeres que recibieron la llamada, en su mayoría cuando su juventud más alta y esbelta estaba de una u otra forma, recibieron la citación del Señor. Su misión en la vida, ayudar con sus sabios y delicados cuidados a los enfermos, con su asistencia esmerada y cariñosa, su labor es gratuita y preferentemente la suelen hacer a domicilio, en servicios diurnos o nocturnos en hospitales o casas particulares, la gran mayoría suelen ser enfermos desconocidos para ellas. Pero…
¿Qué Fuerza de llamada debe recibir una persona para dedicarse toda su vida a ayudar a enfermos crónicos y convalecientes?
¿Alguien en la tierra las reconocen o reconocerán su desinteresada labor?
Ellas con su generoso ejemplo, nos envían un mensaje con su patrón de vida. El cielo se gana a ras de suelo, aquí, cuidando a nuestros mayores y más necesitados. Su mayor herramienta, la palabra perfectamente utilizada, la que les sale del alma, junto con sus conocimientos de enfermería.
Hoy, que tanto se habla de trabajar en equipo, las Siervas de María son ejemplo de ello. Desde su inicio han sido capaces de evolucionar con los tiempos, sin olvidar nunca quienes son, de done vienen y porqué están dentro de su respetada y querida orden religiosa.
Personalmente les estoy agradecido por su labor encomiable, en una ocasión necesité de su altruista colaboración y desde entonces me cautivaron con su saber hacer profesional, humilde y silencioso. Pido o suplico desde aquí, que si alguien debe estar en el podio de honor y cargarse de laurel, ésas son mis distinguidas y admiradas monjas de la congregación de las Siervas de María.
"Solicito el podio con laurel para todas ellas, por su abnegada perseverancia, por su incansable ayuda hacia los demás”
Mis reconocimientos “Madres”
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