La persona funciona generalmente entre un equilibrio y
desequilibrio entre mente y corazón. Es
decir los sentimientos y sus resultados están dotados de unas características u
otras más o menos diferentes. Como es natural cuando se toman las teclas para
expresar algo de la vida y más aún sobre
asuntos de los que depende esta, el resultado será diferente, en muchos
aspectos, si primas un estilo sobre el otro o incluso te quedas solo con uno de
ambos. Realizo este a especie de prologo
para que se comprenda que apago mi mente y enciendo y potencio mi corazón para
expresar algo inaudito a lo que, con excesiva frecuencia, se nos condena a la
población de esta provincia y esto es muy grave. Que conste que sobre la
gravedad de este camino tengo la tremenda experiencia de haberlo pasado en persona acompañado de toda mi familia y tal
vez hasta algunos amigos y amigas. Sé pues lo que escribo. En el cáncer no es
nada normal y muchísimo menos la influencia que tiene en nuestra forma de ser;
en la actitud ante la vida; en la valoración del tiempo, etc., etc., Es algo
tan especialmente especial, tan sui generis, tan personal, que tan solo lo puede sentir y hablar sobre su
profundidad aquél que lo ha pasado, o lo está pasando o la familia que
contempla y sufre esta enfermedad, por otra parte con resultados que se van mejorando a lo
largo del tiempo. Dentro de estas peculiares características, digamos lo que
digamos, el enfermo, cuando encuentra una roca en la que tropieza o algo que
hace las veces de tapón en su camino de atención
médica, se descompone y repito que eso tan solo puede saberlo quien lo ha
pasado. Por esto y sin la más mínima cortedad ni suavidad de ningún tipo, para
mí al menos, considero impresentable, inadmisible y hasta repugnante puñalada
el que se lleven meses y meses esperando la instalación de ese aparato de radioterapia
en el hospital de Jaén. Ni entro ni
entraré en discusión alguna, simplemente califico, plenamente consciente de lo
que esta falta y dejadez significa. A veces se piensa que estas situaciones se
comprenden cuando se ha pasado por ellas. No, no voy a decir que quienes tengan
la responsabilidad de no esté instalado deberían pasar por esa situación, no lo
voy a decir, pero si digo que se lo que es pasar días y días por ese hueco
rodeado de plomo. Mientras si que es posible y ya conecto la mente, pagarle
primero a Rato, como uno de los miles de ejemplos y después, si sobra, comprar este aparato. Por
cierto aparato tan usado en campañas, tomas de posesión, etc., como la más que
celebre ¡Presa de Siles! Salvo que aquí se juega con personas. ¿Se podría decir
más? Creo que no es necesario ni imaginarlo. Pero tan solo me conformaría con
que, por ejemplo, en un mes, se respondiera concretamente a esto. Repito que no
se puede imaginar, hay que pasarlo. ¿Para cuando estará funcionando? Y de nuevo
digo que los enfermos de cáncer no son la presa de Siles.
Jaén, 26 Mayo 2012
FELIX MARTINEZ CANTOS