NEGOCIAN CON NUESTRO DINERO
La velocidad de los tiempos, junto a la universalidad de las informaciones, nos permite conocer y comparar, las variables de cantidad, modelo y calidad prácticamente en todos los sectores de la sociedad. Esto nos debería alertar y alentar en la adopción de medidas y actitudes para nuestra defensa y ataque ante los colectivos que nos ahogan con mayor intensidad. ¿Y porqué esto no se produce, antes bien cada vez más y con mayor sumisión, aceptamos ese trato? Nos agobian, nos aprietan, aguantamos y tan solo, si es que lo hacemos, protestamos verbalmente, algo que a ellos les trae al pairo, pero sin actuar. Olvidamos que los clientes de una entidad bancaria somos… los clientes y no los servidores de ellos. La velocidad de los tiempos, con la que comenzaba estas letras es la que me permite comparar los estilos de cuando nos visitaban para solicitar nuestro dinero y el estilo de amos con que intentan recibirnos ahora. ¿No podemos hacer nada? ¡Claro que podemos y bastante! He intentado abonar una comunidad de vecinos, en Caja Sur, Avda. Muñoz Grandes. Seis días y no lo he logrado. Te dicen que han dispuesto que solo admiten en unos días al mes, los que ellos quieren y en los horarios que les place. Eso que te dicen es después, porque lo primero es que te señalen un papel, no muy limpio. El horario había pasado diez minutos, con lo que te tienes que ir. Al otro día ya no es el día de abono y así cinco días, al final me llevo el dinero. Tal vez no hubiera escrito, pero me encuentro con un amigo que tres días en la misma entidad, distinta sucursal, le ocurre lo mismo y que también lo va a plasmar aquí. Hechos similares los hay a montones. Son los amos y o nos espabilamos o nos comen más todavía. Es la Banca, en todas sus acepciones la que nos va intentando manejar, con gran espacio ganado, en todo. Y debemos fijarnos en cuales son las medidas y a quien benefician y a quien perjudican. En Jaén, es más fácil poner en movimiento el tranvía que hacer un ingreso de la cuota de una comunidad de vecinos en una entidad como Cajasur y eso que iba a ingresar y no a pedir. Hablo con algunos que estaban cumpliendo esas normas, ignoro su legalidad de en función del concepto que se ingresa o saca si se pueden fijar días del mes y horas de las veinticuatro y aquí si que ya me preocupan. Lo ven normal porque así no tienen que destinar a uno o dos empleados a la gestión de las cuentas de las comunidades de vecinos. Es decir, que nosotros mismos, el pueblo, ve bien y acepta que se supriman puestos de trabajo que se pagaban con nuestro dinero. Ese dinero con el que ganan estas entidades sus grandes capitales y es nuestro. ¡Y por lo que he deducido… lo ven lógico! Pues yo lo siento pero no lo veo lógico. ¿Qué no se les puede hacer nada? Pensemos y seguro que algo se nos ha de ocurrir para no seguir cayendo en su esclavitud.
Se nutren y ganan usando nuestro dinero por el que nos cobran tan solo por respirar. Pues yo, a partir de este mes, no voy a decir que todo el dinero que me entre no lo voy a ingresar en las entidades de manejo de dinero, no, no lo voy a hacer porque enseguida van a comenzar a decir que es una inseguridad y la verdad es que no se donde se da mayor inseguridad. No, no voy a guardar todo en mi domicilio o en el sitio que estime, pero todos los meses si que voy a detraer doscientos, trescientos o cuatrocientos euros y por lo menos de esa parte no se van a lucrar. ¿Nos imaginamos si lo hacemos la mayor parte de ciudadanos posibles? El dinero que se ahorran y que ganan con estas medidas de eliminar trabajadores no se lo van a disfrutar entero, al menos en la cuota parte que a mi me corresponde. Se puede, se puede hacer mucho si no inclinamos la rodilla ni hacemos una genuflexión al entrar en un banco o similar. Al menos pensemos que los que debemos mandar somos nosotros. ¡Ya está bien! ¡La imaginación al poder! ¡Reaccionemos!
AL-MUTAMID
