LA NIETA DEL DIPUTADO
María, después de la conversación que mantuvimos ayer tarde, pensé que en ese espacio de los tiempos que nos gusta difuminar como “el día de mañana” te haría y te hará ilusión leer, releer, mostrar y sobre todo recordar ese largo rato, que se nos hizo corto, en el que tratamos con toda la profundidad de nuestro conocimiento los resultados de unas elecciones. ¿Lo contamos como fue o no? Vamos a relatarlo y seguimos muertos de risa. ¡Que bien te conocen cuando dije que iba a hablar contigo y me dijeron que estaba loco, que tú no sabías hablar todavía y que menos de política! ¡Si hubieran visto la carcajada que diste y la reflexión de si es que se creían que éramos como ellos! ¡Y eso que a tu abuelo lo habían elegido Diputado al Congreso de España! Me encantó tu cara de alegría ante la noticia. ¡El primer año de vida y ya tienes un Diputado para ti solita! Bien, de acuerdo, es un abuelo, es tu abuelo, pero tampoco vas a pretender un diputado de tu edad, aunque no tengas duda que lo haría mejor, pero… si es tu abuelo! También me aguantaste a mi, contándote batallitas electorales y como me daban ya exactamente igual todas. ¡Si vieras la alegría que tenía esta mañana! ¿Por las elecciones? ¡No, por ti! Se le caía la baba y seguro que si tiene que jurar dirá, en lugar de “si juro” dirá “si la quiero”. María, cuando leas estas torpes líneas acuérdate de tu abuelo “el diputado” y de su amigo, que es también abuelo pero mis nietas no me tienen como diputado. ¡Que pena! ¡Y luego que digan que no sabes hablar! María, mi abuelo de llamaba Miguel… ¿Y el tuyo?
BAROJA