EMIGRACIÓN
Sinceramente creo que desconocemos el poder que tenemos
como humanos. Con este desconocimiento y los artificios que perfeccionan
aquellos que asaltan, por unos u otros métodos y caminos, los sillones del
mando, caemos en la dócil vereda que nos marcan de tan solo ejercer la crítica
verbal que adorna el que consigan lo que ellos quieren. Tan solo y sin que
sirva de precedente, porque me salgo del rebaño, pienso en que yo tendré que
pagar la renta y tal vez ni un cazador de elefantes me eximiera de no ser
sancionado si no lo hago. De otra parte aquellos que han robado y se han
llevado fuera o escondido el dinero serán penitenciados con tan solo un diez
por ciento, cifra esta de los mandamientos, y ya pueden llevarse santamente a
la boca o a do les plazca ese dinero. Al menos no han dejado por mentiroso a
este de los elefantes que decía y dice que todos somos iguales ante la Ley.
Menos mal que la Ley está bien alimentada y presidida, sobre todo por que baja a las Andalucías a trabajar y descansar.
¡Ea, pues para mí se acabó! Creí, sinceramente que era
imposible tomar el camino del exilio y alejarse totalmente de toda esta tortura
infamante que nos ejercen desde eso que llaman “el poder”, “el gobierno”, “la
justicia” “estado, de lo que si dudo que
exista en jefatura”, etc., etc., Y como uno no puede justificar ya dietas
acorde con mi categoría social, pues tendría que inventarme un exilio interior.
¿Sería eso posible o tan solo una
entelequia similar a la de los políticos y adláteres? ¡Pues sí, os aseguro que es posible! Ellos
nos manipulan, engañan y explotan como quieren… pues yo me exilio absolutamente
y no se nada de ellos. Elimino la intranquilidad, el nerviosismo, la
preocupación. Simplemente… ¡Que hagan lo que les de la gana, por no decirlo en
andaluz! ¿Que les puede reventar el montaje en algún momento? Me lo dirán por
teléfono. Me despertaba y encendía la radio con las noticias; en el cuarto de
baño, la radio con las noticias; a la hora de los telediarios veía uno y acaso
dos; por la noche el telediario y después antes de dormir, las últimas noticias
y coloquios en la radio! Se acabó y se acabó de la misma manera que hay que
dejar el alcohol o el tabaco: de golpe. Cuatro días llevo que no me he enterado
de nada. He sustituido las noticias de la radio por música clásica, que también
puede ser flamenco o sardanas. Los telediarios e informativos políticos
sociales por dibujos animados y similares. Y totalmente en serio, es asombrosa
la serenidad y tranquilidad que asume y goza el espíritu, la persona. ¿Pero y
la gozada de que alguien te hable de política, o de lo que estos entienden por
política, y le contestas, perdona, yo de eso ni se nada ni me importa.
Os puedo asegurar y aseguro que tengo una tranquilidad y
serenidad que nunca soñé. Y ya lo que me quedaba es que se lo comunico a otros
amigos y resulta que hay uno que lo lleva practicando años ha. Hoy cumplo mi
quinto día de exilio, me encanta estar desconectado. Animaos y que distraigan y
engañen a los loros. Nosotros no tenemos ni que unirnos de ningún modo,
simplemente disfrutar del exilio y ellos que graznen.
FELIX