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miércoles, 29 de febrero de 2012

Dinero


La velocidad de los tiempos, junto con la universalidad de las informaciones, nos permite conocer y comparar las variables de cantidad, modelo y calidad en todos los sectores de la sociedad. Esto nos debería alertar y alentar en la adopción de medidas y actitudes para nuestra defensa y ataque ante los colectivos que nos ahogan con mayor intensidad. ¿Y por qué esto no se produce y, sin embargo, aceptamos ese trato?
Nos agobian, nos aprietan, aguantamos y tan solo, si es que lo hacemos, protestamos verbalmente, algo que a ellos les trae al pairo, pero sin actuar. Olvidamos que los clientes de una entidad bancaria somos los clientes. La velocidad de los tiempos es la que me permite comparar los estilos de cuando nos visitaban para solicitar nuestro dinero y el estilo de amos con que intentan recibirnos ahora. ¿No podemos hacer nada? ¡Claro que podemos! He intentado abonar una comunidad de vecinos en una entidad. Seis días y no lo he logrado. Te dicen que han dispuesto que solo admiten en unos días al mes, los que ellos quieren y en los horarios que les place. Tal vez no hubiera escrito, pero me encuentro con un amigo que le ocurre lo mismo y que también lo va a plasmar aquí. Son los amos y o nos espabilamos o nos comen más todavía. Es la Banca la que nos va intentando manejar, con gran espacio ganado, en todo. Y debemos fijarnos en cuáles son las medidas y a quién benefician y a quién perjudican. En Jaén, es más fácil poner en movimiento el tranvía que hacer un ingreso. Hablo con algunos que cumplían esas normas y lo ven normal porque así no tienen que destinar a uno o dos empleados a la gestión de las cuentas de las comunidades de vecinos. Es decir, que nosotros mismos, el pueblo, ve bien y acepta que se supriman puestos de trabajo que se pagaban con nuestro dinero. Ese dinero con el que ganan estas entidades sus grandes capitales y es nuestro. Pensemos y seguro que algo se nos ha de ocurrir para no seguir cayendo en su esclavitud.
Se nutren y ganan usando nuestro dinero por el que nos cobran tan solo por respirar. Pues yo, a partir de este mes, no voy a decir que todo el dinero que me entre no lo voy a ingresar en las entidades de manejo de dinero, no, no lo voy a hacer porque enseguida van a comenzar a decir que es una inseguridad. No voy a guardar todo en el sitio que estime, pero todos los meses sí que voy a detraer unos cuantos euros y por lo menos de esa parte no se lucran. ¿Nos imaginamos si lo hacemos la mayor parte de ciudadanos? El dinero que se ahorran y que ganan con estas medidas de eliminar trabajadores no lo van a disfrutar entero, al menos en la cuota que a mí me corresponde. Se puede hacer mucho si no inclinamos la rodilla al entrar en un banco. Pensemos que los que mandamos somos nosotros.

BAROJA